Camaradas: van a hablar alabadas palabras. Abran las pantallas: acá va la charla.
La blanca
Para sacar la blanca arrancan la planta. A la planta la aplastan, la machacan al alba, largas mañanas hasta largar la pasta para la transa.
Para transar blanca agarran la balanza. Acá la blanca, acá la plata. A más blanca más plata, hasta parar la balanza. Para pasar la blanca, La Paz manda la pasta a Tartagal, Tartagal la manda a Salta, Salta a Panamá. Acá Panamá la manda a Manhattan. Manhattan la pasa a Alabama, Kansas, Atlanta, Alaska, hasta Kamchatka.
Para jalar blanca: la ñata. Apartan largas rayas, tapan acá (snnf... ah), la mandan para atrás; raspa, va al paladar, pasa a la garganta. Al pasar a la garganta, amarga la tragada. La blanca ataca la cara, las patas, la panza, hasta las nalgas. La blanca, para nada barata, al jalarla alza las almas. Mas al jalar, jalar, jalar, jalar, jalar, jalar, a la larga, tara.
Hasta acá, camaradas, la charla. Para ablandar, para aclarar la charla, acá va la macabra trama:
Bárbara Cash trabaja, ama la casa, ama a Alan Black. Alan Black, haragán, asalta alhajas, transa blanca, malgasta la plata afanada. Para nada ama a Bárbara: la trata mal, la faja, la caga a patadas.
Bárbara a la mañana plancha, saca las plantas, arma tartas raras para Alan. Alan a la mañana va al bar Macadam para agarrar la blanca. Marca las cajas, carga la chata marca Mazda hasta acá. Agarra chapas para tapar las cajas. Va para la cabaña (tracatracatracatracatracatraca). Al andar la chata, Alan rasca la calva, saca caspa para nada blanca, manda pala, canta zambas. Para aparcar la chata, agarra la palanca, manda marcha atrás. Para, baja, saca las cajas. Para trasladarlas hasta la casa, salta la zanja. Acá Bárbara capta a Alan:
-¡Alan, Alan, pasá para acá!
Alan pasa, baja las cajas, mas aparta blanca para mandar pala. Atrapa a Bárbara. La arrastra hasta la cama para la chanchada. Mas Bárbara anda atascada, trabada, cansada. Alan arranca la bata a Bárbara. Capta las
patas:
-¡Andá a lavar las patas, chancha bataclana!
Bárbara va hasta la palangana, para lavar las patas. Alan va a la sala para jalar blanca. Jala. Va hasta la palangana. Abraza a Bárbara. Acá Alan faja a Bárbara: patadas a la cara, patadas a las nalgas hasta
marcarla. Apaga la lámpara.
-¡Abran cancha, acá va Alan!
-¡Basta, Alan... pará, pará...! -Alan la hamaca.
-¡Pará, Alan... ! -. Alan la hamaca hasta acabar. Al sacarla, mancha la sábana. Bárbara palpa las nalgas. Sangran las llagas.
-Alan... las sábanas... tan blancas... tan planchadas... tan manchadas...
Tamaña maldad harta a Bárbara: la nalga sangrada, la cara marcada, ya hasta acá, va a la sala para llamar a la cana. Alan para nada capta la trampa. Alan canta, danza baladas.
-AAAAAAaaaaaaAAAAAAaaaaaaAAAAAAaaaaaa....
-¡Santas calabazas, Bárbara! ¡La cana! ¡Andá, tapá las cajas!
Bárbara agarra las cajas. Las traslada hasta la sala. Mas, al trasladarlas, marca la sala. Agarra mantas para taparlas. Alan para nada caza la marca.
-(tac tac tac tac) ¡ABRAN!
-ah... ya va, ya va...
Bárbara calza la bata, Alan agarra la casaca. Alan a Bárbara:
-Andá, sacá la tranca.
Bárbara saca la tranca, pasa la cana. Avanzan hasta la sala. La cana, parca, habla:
-¡ACÁ TRANSAN BLANCA!
-ah... ¿Acá, blanca?... ¡Para nada! ¡Pavadas, macanas! - Mas la cana capta la sala marcada.
-¡ALLÁ, TRAS LAS MANTAS! ¡LA BLANCA!
La cana, a las armas. Las calza (trac-trac).
-¡Atrás, Alan Black, malvada patraña!
Alan agarra a Bárbara. Saca la daga acanalada para matarla. La daga a Bárbara amaga la garganta. Bárbara, cagada:
-¡Mamma! ¡Mamma!
-Trampas a Alan... ¡Calla, bastarda! ... ¡trampas a Alan jamás! ¡Atrás! ¡Salgan, sátrapas!
-¡Largá la dama, alma mal acabada!
-¡HAHAHAHAHA!- al largar la carcajada, Bárbara zafa. Al zafar, Alan va a lanzar la daga. Mas la cana, ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ....
-...aargh... -Alan, al arañar la baranda, habla:-: la blanca... agh... ganará la batalla... ah...
Hasta acá, la macabra trama. La cana mata a Alan Black, Bárbara Cash, ya salvada, calmada, va a parar a Batán. Atrás, Bárbara plantaba chala.
Para acabar, camaradas, palabras sagradas aclararán más la charla: la blanca, a la larga, mata. Hasta mañana.
[Para 'El Bulo de Merlín', c. 1988]
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