Me asombra
de algunos sueños,
lo vívido.
Pero no el
quien te dice que tal vez y porqué no
eso no es lo real y esto,
estar durmiendo
que ya lo dijeron muy bien varios poetas.
Si no, decía, me asombran
ciertos olores
ciertos colores
ciertas luces
que no pueden ser más que ciertas,
por exactas y por reales.
¿Lo decís —me preguntó la gata—
por este sabor a atún que aún siento en la boca?
Sí, claro.
Y siguió relamiéndose.
Soñé varias veces —continúo—
con una luz de una mañana de verano
y no importa qué pasaba.
Reconozco esa luz entre miles de otros sueños
cuando vuelve en un sueño
y cuando me despierto al amanecer
en ciertos días de verano.
En defensa de la educación y la ciencia
Hace 1 mes
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