Se enamoró otra vez. Clarita les escribió por Facebook el mensaje perfecto, encantador, medido. Aunque no fuera correspondida. Total. "Una lancha más al tigre", pensó.
Oscurita, en cambio, puso el disco a todo volumen y se puso a cantar, enojada y llorosa:
Por estar en fecha, vaya esta belleza, para todos nuestros tíos:
Those, those beautiful boys
Those, those beautiful boys
Born illegitimately
To a whore, most likely
He became an orphan
Oh what a lovely orphan he was
Sent to the reformatory
Ten years old, was his first glory
Got caught stealing from a nun
Now his love story had begun
Thirty years he spent wandering
A devil's child with dove wings
He went to prison
In every country he set foot in
Oh how he loved prison
How awfully lovely was prison
All those beautiful boys
Pimps and queens and criminal queers
All those beautiful boys
Tattoos of ships and tattoos of tears
His greatest love was executed
The pure romance was undisputed
Angelic hoodlums and holy ones
Angelic hoodlums and holy ones
All those beautiful boys
Pimps and queens and criminal queers
All those beautiful boys
Tattoos of ships and tattoos of tears
All those beautiful boys
Pimps and queens and criminal queers
All those beautiful boys
Tattoos of ships and tattoos of tears
All those beautiful boys
Beautiful boys...
All those beautiful boys
Beautiful boys...
quiero con acá. quiero con así. quiero con ahora.
quiero con río león. quiero con sombrero.
quiero con caminito. quiero con calor. con grillos.
con sandalias. real. o, mejor, sin sandalias.
ni sombrero. ni grillos. ni calor.
ni acá. ni así. ni ahora. pero quiero.
Había una vez una niña
que se llamaba Carmiña;
quería ser marinera,
alpinista o ingeniera.
Le gustaba dibujar,
jugar al trompo y bailar.
Fue por dar un buen discurso
presidenta de su curso.
Y también fue directora
del grupo de redactoras
de una importante revista
de tendencia feminista.
Así Carminña creció
y un día se enamoró
de un gran revolucionario
que salía en el diario.
Se llamaba José Luis
y su apellido era Ruiz.
Él se quería casar
y ella se puso a pensar
en algunas condiciones
para tomar decisiones.
Mientras se fumaba un puro,
él le habló sobre el futuro:
quería una esposa sin par,
una reina del hogar,
que lave, planche y cocine,
y que, cuando él llegue, lo anime
con su charla interesante
y esté linda y elegante.
Que sea sacrificada
buena madre y abnegada.
El sería responsable
de traer dinero contable
y ella sería feliz
“Doña Carmiña de Ruiz”.
Ella le habló sin premura
con la mano en la cintura.
-Yo soy Carmiña Bellido,
no llevaré tu apellido.
Los dos vamos a afrontar
las labores del hogar.
Soy una buena ingeniera
no dejaré mi carrera.
Seré lo que quiero ser,
porque soy una mujer.
José Luis Ruiz, asustado
quedó un tanto anonadado.
Mas como era inteligente,
muy sensible y consecuente
tomó la sabia decisión
llegando a la conclusión de
que hombre y mujer son iguales
para colmo de los males.
Y se casaron felices
aunque no había perdices.
Aquí termina la historia
para la eterna memoria
de esta simpática niña
que se llamaba Carmiña.
[La autora es boliviana y el texto se publicó entre los materiales del Plan Nacional de Lectura argentino bajo el lema "El Mercosur lee". Nos lo leyó Alicia Diéguez en el seminario de Lidia Blanco 2011.]
"Don't ever tell anybody anything. If you do, you start missing everybody."
Holden Caulfield en The Catcher in the Rye, de J. D. Salinger
"Siempre es doloroso separarse de la gente a la que conocemos hace muy poco tiempo. Se puede soportar la ausencia de los viejos amigos con ecuanimidad. Pero hasta una separación momentánea de cualquiera que acabamos de conocer es casi insoportable."
Cecily en The Importance of Being Earnest, de Oscar Wilde
Dijo Charo Bogarín, en el recital caído en el día del padre, que esta canción se la escribió a su papá desaparecido en el 1976. Se nos cayeron las medias a todos lo presentes, y a mí especialmente. La primera vez que escuché está canción, pensé en mi papá, andá a saber por qué (ni lo menciona la letra).
Todo lo que hacen estos chicos es increíble. Esta canción, en particular, es bella al infinito:
"Madame tiene un amante en la ciudad, con quien no sale y que no viene aquí, que no quiere favores de ella, que a ella no le prepara comida y, cada vez que ella va a buscarlo y lo ve cocinar, se ilusiona con que la cena sea para ella. Sin embargo, son las comidas de la semana que luego él mete en el freezer, y no le dice : "¿Quieres probar?".
Una vez madame se armó de coraje y le preguntó si le gustaría cenar con una mujer, por el gusto de comer juntos cosas buenas, de compartir una hermosa sensación. Él le respondió que sí, ciertamente, en la situación adecuada, en el momento adecuado.
Madame se asustó tanto que se juró a sí misma que nunca más haría preguntas tan tontas. Preguntas así de tontas hacen desaparecer toda la magia. Y sin magia la vida es un espanto."
[típica guachada de hombre. listo, lo dije.]
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18. El ejército de los vecinos
" (...) El abuelo dice que a esa mujer no la querría ni aunque fuera la última en la Tierra y no ya en la cama o en la casa, sino ni siquiera vecina en la tumba del cementerio. Sin embargo, la abuela de los vecinos es un humano importante porque tiene el cerebro tan vacío que es la prueba ontológica de la existencia de Dios. De hecho, ¿cómo haría, carente de cerebro como es, para caminar, hablar, expresar sus pensamientos y mostrar sentimientos, si no fuera con el alma? Por lo tanto, el alma existe. Entocnes Dios existe."
Más genio no podía ser, Mario. Buscando un foto suya para acá, I got lucky y di con esta en la que estamos los dos. Él, ¡siempre tan alto!, hablando de la obra; yo, al fondo, lo escucho. Este es un tipo que va a ser extrañado; yo, de las primeras de la lista. Ya escribiré todo lo que tengo en la cabeza sobre MHG, mi pequeño homenaje, mi agradecimiento.
[Tomada del blog de Emiliano López. Perdón por el robo.]
En días de tragar sapos, donde nos convidan mierda a cada rato, bueno es escuchar a Silvio...
Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares,
me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
"... los seis agazapados en torno al sabroso volátil. Como siempre, yo abrí el banquete comiéndome la rabadilla. La ceremonia umu takapu empezaba a serme harto familiar, pero nunca me resultó tan alegre como aquella noche."
Aku-Aku: el secreto de la Isla de Pascua, de Thor Heyerdahl, traducción de Antonio Ribera, Barcelona: Juventud, 1959.