La paciencia, espera. La virtud, observa. El pato, parpa.
El perro es perro. Y no lo sabe.
Mientras más sé, menos sé. No sé.
¡Ja! ¡Qué estúpida es la astucia!
Quiso ser eterno. Y fue técnico electricista.
La mentira se ríe de la verdad. Pero su risa es falsa.
No juzgar a los hombres por sus actos. Condenarlos.
El necio no sabrá apreciar ni el sabor de una flor ni el olor de una fruta.
El árbol se ríe del hacha. Así le va.
Si todos los hombres del mundo se tomaran de las manos...
¡Cuán larga sería esa fila!
Me descalcé en la oscuridad. Y pisé algo.
Piensa un minuto y serás justo. Piensa una hora y se te hará tarde.
Quieres vivir todos los días. Ya aburres.
¿Acaso el universo no es de todos? ¿Qué esperas para arrancar un tomate?
Se puede hacer una armadura con papel. Pero no te pelees.
El aire está en todas partes y nadie le dice nada.
Si un hombre es pobre de espíritu, sucio, ruin y maloliente, no valen por él ni estas líneas.
Si tu mejor amigo te incrusta un puñal en la espalda... desconfía de su amistad.
El fruto de la codicia es amargo. Pero no hay otra cosa.
El oído quisiera ver y el ojo, oír. ¿Quién los entiende?
(Roberto Fontanarrosa.)
En defensa de la educación y la ciencia
Hace 1 mes
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